Ni pena, ni llanto, ni risas, ni gloria
solo las horas vacias amortiguadas por el ruido de fondo
de una caja de musica que tintinea quejumbrosa y alarga el camino entre dos mundos de esperanza y olvido.
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Cuanta vida gastada, como las suelas de unos zapatos,
tal vez empleados para andar con seguridad sobre el asfalto
de la vida, o quizas, para sobrevolar el fracaso inmminente
que como un pendulo se balancea en un abismo de cordura.
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